Durante la proyección de SUPERSONIC (Mat Whitecross, 2016)
tenemos ocasión de contemplar el vertiginoso trayecto de OASIS desde
que empieza como un grupo absolutamente desconocido hasta que en el verano del
96, tras dos exitosos álbumes, ofrece los míticos conciertos de KNEBWORTH ante
un cuarto de millón de personas.
Y el VIAJE de esos años que describe el
documental, donde se palpa la rivalidad y surgen enfrentamientos entre LIAM
GALLAGHER (vocalista) y NOEL GALLAGHER (compositor y guitarrista), son
divertidos, caóticos y emotivos.
Imágenes inéditas de archivo, acertadas animaciones y el audio de nuevas entrevistas acompañan las dos maravillosas horas
que dura. ¿MOMENTOS ÁLGIDOS? Hay más, por supuesto, pero nos quedamos con estos
cuatro:
1) El ARRANQUE. ¿En una palabra? ESPECTACULAR. Empezamos por
el final y contemplamos imágenes de KNEBWORTH, para rápidamente pasar a qué
sucedía TRES AÑOS ANTES… y contemplar a un grupo que ensaya
en un local decorado con carteles de los BEATLES.
2) La firma con ALAN McGEE, clave en el origen de OASIS: un
cúmulo de casualidades que acaba de la mejor manera posible.
3) El PRIMER VIAJE A LOS ÁNGELES: desenfreno y descontrol que casi provocan la ruptura del grupo.
4) El DESENLACE. Pocas veces se puede alcanzar un final tan
emotivo y perfecto para cerrar un documental.
FINALMENTE, decir que, si tienen ocasión, disfruten de SUPERSONIC en PANTALLA
GRANDE. Lo agradecerán.
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