“ELLE” es una película tan extraña como atractiva. En la
publicidad se señala que es un THRILLER, pero, ¿LO ES? En realidad, la nueva
obra de PAUL VERHOEVEN es también COMEDIA y DRAMA, y esa mezcla de géneros es, quizá, la que puede dejar
descolocado al ESPECTADOR.
Sin embargo hay que decir que, en cierto modo,
funciona: el tono HÍBRIDO desconcierta, al igual que las sorpresas que se van
sucediendo, pero generan interés. Buena culpa de ello la tiene ISABELLE
HUPPERT, magnífica, en un rol que, por momentos, nos recuerda a ese otro tan
perturbador que hizo para “La pianista” de MICHAEL HANEKE.
Aquí recuperamos el buen pulso y hacer de PAUL VERHOEVEN, que probó las mieles del éxito ("Robocop", "Desafío total", "Instinto básico") pero también del fracaso ("Showgirls") en el implacable HOLLYWOOD. En "ELLE" se enfrenta a un proyecto muy diferente, europeo, que se arriesga y tiene éxito a la hora de ofrecer un plato variado al espectador, aunque uno sospecha que, quizá, centrándose en alguno de los géneros que toca, hubiera salido una película más redonda.
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